Mejores prácticas para la prevención y detección del fraude institucional y ocupacional

julio 25, 2019 Desactivado Por Oscar Alberto Díaz

Justificación

Cada vez es mayor la omnipresencia e incidencia del fraude y sus distintas manifestaciones en el desempeño organizacional, afectando no solo a sus finanzas sino también a su imagen y aún más grave a los usuarios o beneficiarios de sus productos o servicios, los cuales se ven mermados o, en muchos casos, privados de los mismos, con las consecuencias que ello acarrea.

Según estudios realizados por distintas organizaciones internacionales, tal como la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados (ACFE, por sus siglas en inglés), entre el 5% y el 7% de los ingresos anuales de una organización son desviados por causa de fraude, pero peor aún, el porcentaje de recuperación completa es solo del 14%, con lo cual existe muy poco resarcimiento económico y son casi inestimables las consecuencias humanas que la comisión de fraude genera.

En tal sentido, las organizaciones que interactúan con una población atomizada de usuarios/beneficiarios, así como aquellas que tienen un alto volumen de operaciones suelen ser las más vulnerables al fraude. Así como las instituciones carentes de una cultura anti fraude y de mecanismos de prevención y detección apropiados, impactando mayormente sobre las áreas y procesos en donde convergen variables y factores proclives al fraude.

A título de ejemplo, y de acuerdo con estadísticas de la ACFE, durante el año 2014 aproximadamente el 77% de los fraudes fueron cometidos por personas que trabajan en los departamentos de: contabilidad, operaciones, ventas, dirección ejecutiva o alta dirección, servicio al cliente, compras y finanzas.

Finalmente, la necesidad de lograr resultados y/o rentabilidad, así como el permanente avance de la tecnología y otros macro factores, hacen necesario que las organizaciones incorporen en su cultura, estructura y funcionalidad mecanismos proactivos, detectivos y correctivos en relación al fraude; todo lo cual es desarrollado en el presente Taller en donde se abordan las mejores prácticas reconocidas en materia de prevención y detección de fraude.

Objetivos

Que los participantes estén en condiciones de identificar áreas y factores de riesgo de fraude institucional y ocupacional para luego desarrollar e implementar procedimientos de gestión y/o auditoría bajo un programa antifraude integral; todo ello bajo estándares internacionales reconocidos en la materia.

A quien va dirigido

El Taller está dirigido a, entre otros:

  • Gestores, administradores, auditores internos y externos, tanto del sector público como privado, interesados en aumentar sus competencias en materia de prevención y detección de fraude.
  • Profesionales que llevan a cabo actividades relacionadas con administración supervisión, auditoría, control interno o gestión de riesgos.
  • Catedráticos y profesores en áreas relacionadas con la temática del Taller y el fortalecimiento institucional.
  • Personal relacionado con las áreas de dirección, planificación, organización o mejoramiento de procesos y capacidades institucionales.

Metodología de enseñanza

El Taller se desarrollará en forma presencial bajo la metodología de “aprender haciendo”, estimando una carga horaria de casos prácticos no inferior al 50%.

Los temas serán presentados bajo el sistema de “exposición interactiva” basando los ejemplos a citar en casos reales y concretos.

Carga horaria

La carga horaria es de aproximadamente 16 horas, dependiendo del número de participantes.